¿Cuántas veces os habéis encontrado en la situación en la que te tomas un café con un posible cliente, empezáis a discutir propuestas y te encuentras con que acaba poniendo en práctica tus ideas sin que tú te lleves un euro?
Es el pan nuestro de cada día, sobre todo cuando empiezas a poner en marcha un proyecto y estás en fase de prospección. Aunque hay diversos niveles de gravedad, nunca sienta demasiado bien.
En mi opinión, la clave para remediar esto es sencilla: si alguien te invita a tomar un café o tener una call, y ves que empieza a intentar sonsacarte, levanta la bandera del taxímetro. Sin complejos.
Yo cobro X€ a la hora por esto
Si no le hace gracia, no está perdiendo un cliente, estás ganando tiempo. Los verdaderos profesionales saben lo que vale el trabajo.